por Cocó Galli, prólogo por Inés Moisset
Ed. Gogol, 2017
PRÓLOGO
Construir y escribir, por Inés Moisset
En estos relatos de Cocó Galli se entrecruzan sus pasiones (puestas en orden alfabético): la arquitectura y la literatura. Ella escribe como mujer y como profesional arquitecta que es. La gran crítica de arquitectura Marina Waisman recomendaba alejarse del propio círculo para evitar la alienación ya que la mirada del literato ayuda a enriquecer y a modificar la visión. Y como arquitecta que soy me toca hoy presentar un libro de relatos.
La escritura de la autora se balancea entre estos dos campos y sus relatos abordan ambas temáticas. Una de cal y una de arena, como decimos en nuestra jerga. La estructura de la obra (y cuando nos referimos a obra podemos hablar de libros o de edificios) integra elementos, a veces antagónicos, que conviven en los personajes: la experiencia liberadora de los viajes y el entusiasmo por concretar proyectos, la preocupación por la violencia hacia las mujeres y los paisajes urbanos detallados con minuciosidad como los de Brasilia y La Habana, el universo misógino de la arquitectura y las presiones que soportan no cumplen con las expectativas sociales. El relato se va desplegando como especies de habitaciones que están conectadas unas con otras, con aperturas, ventanas, puertas y balcones.
Cocó Galli forma parte de una tradición de escritoras que hablan con voz propia, que comparten el universo de vivencias, de percepciones de los lugares, de miradas sobre la historia desde una perspectiva femenina. Estas voces fueron acalladas durante siglos y hoy encuentran espacios para resurgir. Eran pocas las que escribían en una sociedad organizada con roles marcados donde el mandato de la mujer era quedarse en la casa. Realizar observaciones por la ciudad, circular libremente era algo que no estaba considerado una actividad femenina como tampoco acceder a la educación, participar en política, construir edificios y diseñar ciudades.
Una mujer que escribía no era bien vista. Ha sido un largo camino que enlaza “La habitación propia” de Virginia Woolf con “La mujer habitada” de Gioconda Belli, que conecta las reflexiones sobre lo doméstico que hace Simone de Beauvoir en “El segundo sexo”, con las descripciones de la ciudad inhumana y ajena de Alfonsina Storni. Estas escritoras pudieron observar particularidades y matices en los espacios que habitaban y que sus colegas varones no percibieron.
En este libro Cocó Galli se empeña en una labor de construir relatos y de relatar espacios. Las mujeres de estos textos no solo habitan los hogares, los sostienen, los construyen, salen desde ellos hacia el mundo y vuelven a ellos con miradas innovadoras. Las experiencias de la autora se filtran entre sus textos.
Como todo proyecto al principio es difícil vislumbrar el final pero a medida que nos deslizamos por las páginas los espacios se van clarificando y nos sentimos reconocidas: lo cotidiano, lo laboral, lo sentimental, los viajes, la política, la lucha por los derechos de las mujeres. Pero cuando la construcción (que otros llaman el libro) llega a su fin, todos esos materiales que estaban disgregados al principio de la obra, terminan cobijándonos cálidamente, como en esas casas entrañables que siempre tienen relatos de vida.
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